sábado, 26 de febrero de 2011

Publicado por Alejandra Arevalo Castrati


Mundo Circular de Alejandra Arevalo Castrati
Cochabamba, Bolivia

Una expresión que uso para definir el mas común C'est la vie y es que en la vida no hay mejor forma para describir las situaciones sorpresas que suceden, porque simplemente suceden y no hay nada más que hacer.

Estoy pasando unos cursos con un fotógrafo Guatemalteco llamado Iván Castro que está, en el último año cuando menos, dando vueltas por toda Sudamérica dando cursos y en esta ocasión pude ir a uno de ellos.

En las clases más que conocer nuevas técnicas con respecto a foto (Dios sabe que para hablar de eso solo tengo que ir con mi grupo de fotografía y sera el único tema a tratar) me estoy reencontrando a mi misma a través del lente de mi cámara y estoy volviendome a enamorar de ella.

Iván con su carácter tan alegre y ameno nos dice que no importa la cámara, si no el fotógrafo y llega a ser tan cierto que duele al orgullo, tendemos a hecharle la culpa a la cámara porque la foto no es lo que esperabamos que sea, pero yo me pregunto, no es que el alma del fotógrafo es lo que esta mal?. Cuantas veces uno se encuentra en el punto en el que ya no te preocupas en medir la luz, si no en atrapar el momento, cuando menos a mi, en ese punto he tomado mis mejores fotos.

Entonces la clave es saber la técnica pero no dejar que te consuma, te contamine (que linda expresión de Iván, me encanto, jeje) y encontrar en cada lugar al que vamos, detrás de cada foto la historia que queremos contar, el mensaje que queremos que otra persona vea y se comunica de esa forma con nosotros, donde el par fotógrafo-observador se vuelve uno a través de esa foto, de esa historia.

Yo consideraba mi cámara modesta, pensaba en ahorrar significativas sumas de dinero para comprar una mejor, pero no es el punto, no tengo fotos malas, tengo miedo de mostrarlas, miedo a la crítica y al reproche, a no ser suficientemente buena y ese es el miedo que uno tiene que superar más allá de cualquier otro miedo.

Asi que enamorada de mi cámara, de mi misma y de mi ciudad, me voy a sacar fotos. jeje

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tal cual, Alejandra, a mí me pasa lo mismo, me está llevando tiempo atreverme a mostrar más mis fotos...¿perfeccionismo? ¿orgullo? No sé. Gracias por tu post, me gustó mucho.

La Vivix dijo...

Hola Alejandra. Una guatemalteca te saluda por vía del Blog de Iván. Alejadas por varios kilómetros encuentro en tus palabras mis propios sentimientos. Yo ahorré por un buen tiempo para lograr esa cantidad alta de dinero de la que tú y yo sabemos, y ya tengo la cámara de los sueños de muchos. Pasó casi dos meses en su caja, antes de ponérmela al cuello. Tímidamente ha empezado a salir en busca de fotografías. Yo también creo que como para muchas otras formas de expresión (poetas, escritores, pintores, músicos) la sensibilidad y el corazón son los principales elementos; y es lo que otros logran ver en las fotos que destacan. Ciertamente no es la cámara, pero bien que ayuda. Y la técnica es justo como decís “hay que conocerla pero no dejar que te consuma”. Ahora me doy cuenta que (como otros, por lo visto) una de las principales barreras para seguir avanzando en la fotografía me la he impuesto yo: será falta de confianza en mi misma, perfeccionismo (como decís), miedo a la crítica, pena por expresar mi propia opinión, mi visión, por mostrar algo que lleva mi sentimiento, que me revela? En fin, gracias por nota. Saludos desde acá!